Pensando en la producción y consumo de las futuras generaciones

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La Política agrícola común (PAC) de la Unión europea, ha establecido disposiciones para estimular su mercado agrícola ha sido reformulada en Reglamentos y Comunicaciones como la que lleva por titulo «La PAC en el horizonte de 2020: Responder a los retos futuros en el ámbito territorial, de los recursos naturales y alimentario» expone los potenciales desafíos, objetivos y orientaciones de la Política Agrícola Común (la «PAC») después de 2013.

images-3Se han elaborado dos importantes programas, el programa de consumo de leche «PCL» que se remonta a la creación de la organización común de mercados de la leche en 1968, pero su puesta en marcha efectiva se inició en 1977. Así como, el programa de consumo de fruta «PCF» resultado de un compromiso político que se contrajo en 2007 en el contexto de la reforma de la organización común de mercados de las frutas y hortalizas.

Ambos programas se establecieron para impulsar el consumo de productos hortofrutícolas y lácteos, cuyos sectores revisten notable importancia para la agricultura europea por representar, cada uno, alrededor del 15% del valor de la producción agrícola total de la Unión Europea (UE). Pero, además de su importancia económica, esos dos grupos de productos son beneficiosos para la salud pública y sus características son adecuadas para la distribución en las escuelas.

Ambos programas han tenido éxito, sin embargo, la industria ha introducido productos transformados y casi siempre con un alto contenido de azucares, sal y grasas, ocasionando además un declive en el consumo de frutas y hortalizas frescas, plátanos y leche de consumo. En la categoría hortalizas, el Reglamento incluye los plátanos, esto es una novedad tomando en consideración que éste es un producto importado.

En este sentido se acaba de aprobar una propuesta de Reglamento por parte del Parlamento Europeo y del Consejo para la distribución en los centros escolares de frutas y hortalizas, de plátanos y leche, sea de todos los productos o alguno de ellos.

A esta distribución se acompañarán medidas educativas que favorecerán la consecución de los objetivos como son el aumento de una selección de productos agrícolas y que la infancia adopte dietas saludables. Estos dos programas contarán con un apoyo económico de la Unión europea y la participación de autoridades sanitarias nacionales en el proceso quienes aprobarán la lista de los productos que se agregarán a los ya mencionados, estableciendo sus beneficios nutritivos.

Un elemento de interés en las medidas educativas es que constituyen un instrumento para reconectar a los niños con la agricultura y sus diferentes productos. Será tambie´n la ocasión para familiarizarlos con temas inherentes como son los habitos alimentarios saludables, la lucha contra los residuos alimentarios, las cadenas alimentarias locales o la agricultura ecológica.

Por la volatilidad de los precios que caracteriza a los productos en cuestión, cada país miembro interesado deberá presentar anualmente su solicitud de ayuda a la Comisión para cada uno de los programas, solo en el caso de los plátanos se aplicará la cofinanciación. Luego de la recepción de todas las solicitudes la Comisión decidirá el monto de las asignaciones. La ayuda no deberá sobrepasar €150 millones por curso escolar en el caso de las frutas, hortalizas y plátanos; y €80 millones por curso escolar en el caso de la leche. Los niños beneficiados estarán comprendidos entre los 6 y 10 años y serán concedidas las ayudas mas elevadas a las regiones menos desarrolladas, las regiones ultraperiféricas y a las islas menores del mar Egeo.

Estos programas serán evaluados cada tres años.