El Parlamento Europeo aprobó el CETA, la aplicación provisional comenzará el 1 de abril.

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Las negociaciones del CETA comenzaron en mayo de 2009 y concluyeron en septiembre de 2014. El acuerdo entre la UE y Canadá se firmó el 30 de octubre de 2016. En 2015 la UE importó mercancías de Canadá por un valor de €28.300 millones, mientras que las exportaciones alcanzaron 35.200 millones, cifras que podrían aumentar en más de un 20% cuando el acuerdo se aplique en su totalidad.

Hoy, 15 de febrero se aprobó el Acuerdo económico y comercial global con Canadá – CETA, (por sus siglas en inglés), que tiene como objetivo impulsar el intercambio de bienes y servicios y el flujo bilateral de inversiones.

Artis Pabriks (PPE, Letonia) durante el debate previo a la votación manifestó “Con el CETA, apostamos por la apertura, el crecimiento y elevados estándares, por encima del proteccionismo y el estancamiento económico”. “Compartimos valores comunes con Canadá, un aliado en el que podemos confiar. Juntos podemos construir puentes, en vez de un muro, para la prosperidad de nuestros ciudadanos”, con esta aprobación se abre el camino a futuros acuerdos con estas características.

El acuerdo recibió el apoyo de 408 eurodiputados, 254 votaron en contra y 33 se abstuvieron.

Fomentar el comercio
Con el Acuerdo, las empresas de la UE podrán optar a contratos públicos a todos los niveles de la administración canadiense, incluida, por primera vez, la administración provincial, responsable de gran parte del gasto público.

Canadá creará también una web única de contratación pública electrónica que combinará la información sobre todas las licitaciones para garantizar que las empresas de la UE puedan aprovechar las nuevas oportunidades.

El CETA eliminará los aranceles sobre los bienes y servicios más vendidos en Europa y Canadá y también establece el reconocimiento mutuo de las certificaciones para una amplia gama de productos. Canadá abrirá sus mercados federales y municipales de contratación pública, como ya lo están en Europa. Los proveedores europeos de servicios, desde el transporte marítimo a las telecomunicaciones e ingeniería, servicios ambientales y de contabilidad, tendrán acceso al mercado canadiense.

El comercio entre la UE y Canadá supuso el €63.500 millones en 2015, y se calcula que esa cifra podría llegar a experimentar un crecimiento de alrededor de un 20 %.

El CETA eliminará la mayoría de los derechos de aduana entre la UE y Canadá, excepto los que se cobran en servicios públicos, servicios audiovisuales y de transporte y algunos productos agrícolas.

También ampliará el reconocimiento mutuo de la certificación para una amplia gama de productos, desde los eléctricos a los juguetes.

Para los Trabajadores, será más fácil para ciertos profesionales de la UE proporcionar servicios legales, contables, de ingeniería, arquitectónicos o similares en Canadá. El CETA proporciona un marco para la UE y Canadá para reconocer mutuamente los títulos y la formación en tales profesiones. También facilitará a las empresas el traslado temporal de personal al otro lado del Atlántico.

La apertura de los mercados tiene el potencial de mantener los precios bajos y dar a los consumidores más opciones.

Protección de la agricultura y respeto a los estándares sociales
Durante las negociaciones, la UE garantizó la protección de más de 140 indicaciones geográficas europeas de alimentos y bebidas que se venden en el mercado canadiense. También se han incluido cláusulas sobre desarrollo sostenible para salvaguardar los estándares medioambientales y sociales y garantizar su refuerzo mediante el comercio y la inversión.

Para atajar la inquietud sobre el poder que el acuerdo otorga a las compañías multinacionales y sobre el derecho interno de los estados a legislar en ámbitos como la salud, la seguridad o el medioambiente, la UE y Canadá reconocerán en el preámbulo del texto y en una declaración anexa que éste se aplicará de manera provisional sin perjuicio del derecho de las autoridades nacionales a regular esas áreas.

Excepciones
El CETA no suprimirá los aranceles en los ámbitos de servicios públicos y audiovisuales, transporte, y algunos productos agrícolas como lácteos, avícolas y huevos.

Protección de inversiones más transparente
Como respuesta a la presión parlamentaria, el controvertido mecanismo de arbitraje para la resolución de disputas entre inversores y estados fue sustituido por un sistema de tribunales de inversión permanente para garantizar el control gubernamental en la designación de los mediadores y reforzar la transparencia.

Acuerdo estratégico de asociación UE-Canadá
Los eurodiputados también dieron su visto bueno al acuerdo estratégico de asociación entre la UE y Canadá (SPA, en inglés), complementario del CETA. El pacto aspira a incrementar la cooperación bilateral en diversos ámbitos no relacionados con el comercio, como la política exterior y de seguridad, la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, el desarrollo sostenible, la investigación y la cultura.

Próximos pasos
El CETA se podrá aplicar de manera provisional el primer día del mes siguiente a que ambas partes se hayan notificado mutuamente la conclusión del proceso de ratificación. El Parlamento cree que, como pronto, la aplicación provisional comenzará el 1 de abril. Declarado acuerdo mixto por la Comisión Europea en julio de 2016, también debe ser ratificado por los parlamentos nacionales y regionales.

Resolución de litigios de inversión
En respuesta a la presión parlamentaria, el controvertido mecanismo de solución de controversias entre inversores y estados (ISDS) -considerado un sistema privado basado en las elecciones de las empresas- fue reemplazado por el sistema de tribunales de inversión (ICS), cuyo objetivo es garantizar el control gubernamental sobre la elección de árbitros

El nuevo sistema de tribunales de inversión será público, no se basará en tribunales temporales y tendrá jueces profesionales e independientes designados por la UE y Canadá.

Transparencia
El texto del acuerdo con Canadá ha estado integralmente disponible en línea durante los últimos dos años, después de concluir las negociaciones en Ottawa el 26 de septiembre de 2014.

El CETA fue declarado además “acuerdo mixto”, por lo que además del consentimiento del Parlamento Europeo, necesita ser ratificación por los parlamentos nacionales y regionales. Lo que en la práctica supone que tendrá que superar un proceso de profundo escrutinio.