Luego de saludar al alcalde Nardella, a los miembros y al Presidente del componente europeo de EuroLat, diputado Ramón Jaúregui, a los miembros y Presidente del componente latinoamericano de EuroLat, Senador Roberto Requião,
El presidente Tajani manifestó que deseaba «comenzar lanzando un mensaje enérgico a nuestros amigos latinoamericanos: al reunirnos aquí, en Italia, con motivo del 60º aniversario del Tratado de Roma, enviamos un mensaje político firme a América Latina.
Reiteramos de nuevo la gran atención y el interés de Italia por su continente. Reiteramos asimismo los históricos vínculos culturales, sociales, económicos y humanos que Italia mantiene con tantos países de América Latina y el Caribe.
Recordó «desde la última vez en Montevideo, he sido elegido Presidente del Parlamento Europeo. Quiero que sepan que esto no significa que dejaré de ocuparme de América Latina y el Caribe. Todo lo contrario. Utilizaré este cargo para dar aún más importancia y visibilidad a la región, a nuestra relación y al hecho de que juntos —europeos y latinoamericanos— debemos pasar a un nivel superior de colaboración.
Trataré de alentar a los líderes europeos para lograr avances concretos, respondiendo a las preocupaciones de nuestros ciudadanos en materia de juventud, educación, empleo, terrorismo y cambio climático.
Europa, después de décadas de mirar hacia Oriente, se está acercando a América Latina. El diálogo político y la cooperación económica, comercial e industrial se han venido reforzando. ¡Pero podemos hacer más!
No podemos dejar América Latina a los chinos o a los rusos, que están aumentado su activad en esa región.
La influencia de China en la región es cada vez mayor. En 2016, China concedió préstamos por valor de 21 mil millones USD, más que el Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo juntos.
América Latina está viviendo un momento histórico. Quiero destacar el crecimiento económico y los avances en indicadores sociales de varios países. Ejemplos como Panamá y la Republica Dominicana en Centroamérica. Perú y Paraguay en Sudamérica. La apertura de Cuba. El proceso de paz en Colombia. El fortalecimiento de instituciones, la democracia, la seguridad jurídica, elecciones libres. Movimientos populares como en Venezuela.
A estos cambios debemos de responder positivamente. Porque si es verdad que tenemos desafíos comunes, también existen oportunidades para aprovechar juntos.
Acuerdos comerciales (Mercosur, México, Chile, Centroamérica)
Desde un punto de vista comercial, tenemos la ambición de llegar a un acuerdo político este año en cuanto a las negociaciones con el bloque de Mercosur.
Llevamos décadas negociando, pero el momento es propicio y no podemos perder esta oportunidad. Este acuerdo tiene una gran importancia geopolítica y traerá beneficios para ambas partes.
Creo, además, que ayudará aún más a la integración del continente y que irá de varios bloques (Mercosur, Unasur, Comunidad Andina, Alianza del Pacifico) a uno solo.
Con respecto a la modernización del acuerdo con México, nuestra ambición es alta ya que queremos finalizar las negociaciones este año.
Se tratará de un acuerdo moderno que eliminará aranceles e incluirá nuevos temas como el desarrollo sostenible y una mayor participación de la sociedad civil.
En cuanto a la modernización del acuerdo con Chile, esperamos poder empezar las negociaciones lo antes posible. Aquí también queremos incluir a las pymes, la igualdad de género, el desarrollo sostenible y la lucha contra la corrupción. El Acuerdo de Asociación con Centroamérica tiene que ser ratificado por los Estados miembros para que se desarrolle su potencial.
Proceso de paz en Colombia
El apoyo de la Unión Europea en la búsqueda de la paz negociada en Colombia ha sido sistemático desde el comienzo del proceso. Ese respaldo seguirá también en la fase postconflicto con apoyo técnico y financiero.
Es una oportunidad histórica para el país. Es cierto que hay muchos retos por delante, pero estoy convencido de que invertir en la paz es la mejor opción para Colombia, para la región y para el mundo.
No olvidemos que se trata del conflicto más viejo de todo el continente: lleva más de 50 años. Una cierta anomalía ya que en América Latina los últimos conflictos se resolvieron en los años 90.
Estoy seguro de que la paz traerá oportunidades de crecimiento y generación de empleo para el país gracias a inversiones extranjeras.
Diálogo político y de cooperación con Cuba
La Unión Europea va a activar también el diálogo político y de cooperación con Cuba. El Parlamento Europeo lo ratificará pronto. Cuba está cambiando profundamente y estamos acompañando este proceso de modernización económica y social.
Para nosotros es importante que el acuerdo contribuya a impulsar la democracia, los derechos humanos y de los trabajadores, pero, sobre todo, que ofrezca un marco de seguridad jurídica. Porque sin seguridad jurídica no habrán inversiones.
La existencia de medios libres e independientes es indispensable para la protección y la promoción de la democracia. Como ex periodista quisiera expresar la preocupación del Parlamento por los periodistas asesinados en México la semana pasada.
Situación en Venezuela
El respeto de la democracia y los derechos humanos me llevan a hablar de Venezuela. Situación muy triste que lamentamos mucho desde la Unión Europea.
La crisis política se trasformó en crisis social, económica y humanitaria; últimamente se ha producido una escalada de la violencia que ha causado multitud de heridos y muertos. Tenemos que encontrar juntos una solución a este problema.
Todos los países latinoamericanos hicieron avances en las últimas décadas reforzando la democracia, pero lamentamos que Venezuela retroceda en ese camino. El Estado de derecho, los derechos humanos, el principio de separación de poderes, la libertad de expresión y de manifestación tienen que ser protegidos. También es necesaria la liberación de los presos políticos.
Nos solidarizamos con el pueblo venezolano y pedimos a todas las organizaciones internacionales que ayuden a poner fin a esta crisis humanitaria y política. No hay que olvidar que en Venezuela viven 600 000 europeos cuya seguridad y bienestar son nuestra preocupación.
De la misma manera hay 700 000 venezolanos en Europa que esperan un gesto de la Unión Europea. Saludo la presencia de aquellos hoy en esta sala.
Necesidad de una diplomacia económica
Estoy convencido de que precisamos de una verdadera diplomacia económica europea que vaya más allá de los aspectos comerciales, con el establecimiento de diálogos y acciones concretas de apoyo a nuestras empresas.
En ese sentido, cómo no mencionar la ampliación del canal de Panamá llevaba a cabo por un consorcio de empresas europeas. Ampliación que tendrá un efecto dominó muy positivo para toda la región desarrollando por ejemplo infraestructuras portuarias en otros países. Pienso también en el cable submarino de fibra óptica (consorcio hispano-brasileño)que comunicará directamente Brasil y España sin pasar por los Estados Unidos.
Tenemos que cooperar en muchas áreas: turismo; pymes; industria; agroindustria; agenda digital; materias primas; espacio; emprendimiento femenino; investigación y desarrollo; educación.
Más allá de la parte económica, es necesario facilitar el intercambio cultural, así como la visita a familiares y amistades.
Todos nosotros sabemos cuántos latinoamericanos vienen a estudiar en Europa. Por eso creo que los acuerdos de exención de visados entre la Unión Europea y países de América Latina son muy positivos y contribuyen también a un fortalecimiento de nuestra relación.
Debemos cooperar también en la lucha contra el crimen organizado, la ciberdelincuencia, los temas de seguridad, la trasparencia fiscal y la lucha contra la corrupción.
Además, debemos redoblar los esfuerzos y actuar con una misma voz contra el cambio climático. La sequía de lagunas en Guatemala, los incendios en Chile, las lluvias e inundaciones —productos del fenómeno del Niño— en Perú, nos dicen que no podemos ignorar el calentamiento global.
El crecimiento inclusivo y la implementación de los objetivos de desarrollo sostenible forman parte de nuestra agenda común.
Por eso se necesita un impulso político.
Y he decido durante mi mandato invitar a jefes de Estado de América Latina a hablar ante el Parlamento. Con el objetivo de mandar un mensaje fuerte, tanto dentro como fuera de la Unión Europea, sobre la importancia de las relaciones con América Latina.
Así, en julio, el Presidente de la República de Argentina, Mauricio Macri, asistirá al Pleno de Estrasburgo.
Quiero también reforzar nuestros vínculos con las organizaciones multilaterales. Sobre todo con la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
Me encontré a inicio de mi mandato con los secretarios generales de las dos organizaciones, el Sr. Almagro y la Sra. Grynspan para ver como podíamos cooperar más.
Trasmitiré estos mensajes en la próxima cumbre CELAC-UE en El Salvador a finales de este año.
Ese impulso político lo puede dar la diplomacia parlamentaria que ustedes representan.
Por ello, quisiera agradecer su trabajo a los dos copresidentes de esta Asamblea, Ramón Jáuregui y Roberto Requião, y a todos sus diputados.
Participé durante dos años y medio en esta Asamblea, debatiendo, proponiendo enmiendas, presentando un informe. Sé hasta qué punto este trabajo es útil. ¡Así que gracias!
Nuestra historia, nuestra cultura, nuestros valores comunes, nuestros idiomas, nuestros lazos familiares, nuestra religión nos hacen preguntarnos: ¿A quién, si es no a América Latina y el Caribe, debería acercarse la Unión Europea?
Pues la respuesta es fácil: No hay otra región del mundo.
Nuestra asociación estratégica existe desde 1999. Mi petición es que, a la luz de los cambios a los que nos enfrentamos, la Comisión Europea prepare una nueva asociación estratégica con América Latina y el Caribe.
Una asociación actualizada que sea más amplia. Más ambiciosa. Que refleje verdaderamente nuestra relación fraternal.
Ustedes podrán contar con mi apoyo total. El Presidente Jáuregui lo sabe, mi puerta siempre está abierta. ¡Gracias!”