Economic Club de Minessota premia a Angel Gurria, Secretario General de la OCDE

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El Economic Club de Minnesota acaba de premiar al Secretario General de la OCDE, al mexicano Ángel Gurria como campeón del libre comercio. Este premio ha sido ya concedido en el 2014 a Bill Frenzel, Co-Fundador del Economic Club de Minnesota y ex miembro del Congreso; a la Embajadora Carla A. Hills, quien fuera Ministra del Comercio; al Embajador Michael B.  Froman, también Ministro de Comercio desde 2013 hasta la fecha; este año 2017 tuvo dos premiados: José Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE y al Embajador Robert Zoellick, quien también fuera Ministro de Comercio de los Estados Unidos en periodos pasados.

En su discurso el Secretario General de la OCDE manifestó su fuerte creencia en el libre comercio, no de última hora, él ha contribuido a delinear la fisonomia de su país, México, en ámbito internacional y en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

No obstante ser un ferviente creyente del libre comercio reconoció en su discurso que a raíz de la crisis muchas personas no son felices, generándose la creencia que el sistema no funciona para ellos.  Constató que las brechas han crecido en los salarios y en las oportunidades, definiendo al mundo actual sumido en una especie de  «triángulo de las Bermudas» de desigualdades en ingresos, riqueza y oportunidades. «En los países de la OCDE, el 10% más rico de la población ahora gana, en promedio, alrededor de 10 veces más que el 10% más pobre. Hace una generación, fue 7 veces.» a esto se agrega la reducción de la esperanza de vida y el «salto social» que está siendo cada vez más difícil.

Se refirió a la digitalización, definiéndola una especie de  «globalización de los esteroides», gracias a la cual el 9% de los empleos corren un alto riesgo de automatización, mientras que para más de un 25%  de la mano de obra, las tareas cambiarán significativamente debido a la automatización. Estas son fuentes de preocupación creciente, ya que muchos trabajadores que han perdido su empleo en la manufactura, o bien permanecen desempleados, o se están moviendo a puestos de trabajo con salarios más bajos y con menos seguridad.

Si bien estos cambios se están dando en el campo laboral, argumentó el Secretario General Gurria,  la OCDE puede demostrar «que cuando las fronteras se cierran y los países se aislan, las sociedades se vuelven menos seguras, menos prósperas, menos justas y menos libres. Las economías abiertas crecen más rápido que las economías cerradas»,  generando más intercambio de ideas, de tecnologías, de productividad que implica mayores salarios, no es una defensa del comercio por el comercio, la historia demuestra la prosperidad que el comercio ha procurado. Señaló el ejemplo de la complementaridad de economías para producir un producto por el cual todos ganan; «La tecnología estadounidense puede iniciar un producto, los trabajadores mexicanos pueden llevarlo adelante, los trabajadores canadienses pueden agregar valor, y Estados Unidos puede terminarlo y venderlo. No importa quién está sosteniendo el bastón cuando ese producto cruza la meta – todos ganan juntos.»

Ante este panoráma sin embargo consideró que se debía jugar a la ofensiva aplicando políticas que generen trabajo para todos «debemos avanzar en el aprendizaje y en las habilidades a lo largo de toda la vida», avanzando en la infraestructura; en nuevas oportunidades para las regiones más afectadas; en el desarrollo digital, en favor de las grandes empresas así como para las PYME, para aumentar la productividad. Una tarea que debe ser encargada a las políticas nacionales que fomentan las oportunidades, la innovación y la competencia; programas adecuados para ayudar a las personas a encontrar nuevos puestos de trabajo. Lo que significa también sistemas de protección social que hacen que la gente vuelva a ponerse de pie y evite dificultades duraderas.

Foto: Economic Club of Minnesota. Bill Frenzel Champion of Free Trade Award Event 2017

Un rol más participativo para la gente, una inclusión de voces y opiniones, pues «la gente debe ser capaz de debatir y entender los trade-offs. El contexto importa, la geografía importa. Tenemos que ir a la localidad, participar con la gente donde viven. Necesitamos reconectar el comercio con la experiencia cotidiana.»

Refiriéndose al comercio libre y justo éste debe decir no al proteccionismo, no a los subsidios, y no al abuso de moneda. Abordando las verdaderas causas de la falta de productividad y competitividad. Para ello se debe reforzar las políticas que hacen que el sistema sea más justo, como los impuestos y la conducta empresarial responsable.

Concluyó que no debemos alejarnos de lo que sabemos que es correcto: un sistema de comercio libre, justo, abierto, basado en reglas e inclusivo que funcione mejor para más personas. Apoyándose en políticas nacionales e internacionales verdaderamente integradas permitirán al comercio procurar lo que todos buscamos: lograr una vida mejor.