Italia, lo sabemos no produce un grano de café. A los italianos les encanta tomar el café, cada mañana, cada día, varias veces al día y de tantas maneras. Son grandes consumidores de café, así como también son los productores mundiales de maquinas de café y de erogación de café de sus máquinas.

Una marca lombarda, Cimbali, cuya fabrica está situada en las afueras de Milán, en Binasco, desde hace 50 años produce máquinas de café y ha desarrollado el gusto de tomar café expreso. En sus primeras publicidades explicaban que «…El ‘Cimbalino’ era una expresión que indicaba el café de calidad. Nace en los años ’50 con las primeras máquinas de café a palanca La Cimbali. Con la Cimbali…un Cimbalino…»

Algunas décadas después, han fundado el MUMAC, el Museo de las máquinas para café expreso, es el Museo más grande del mundo reúne cien años de historia. Un espacio para la cultura del café. Es «La Cimbali: Technology heart, Human mind», nos cuenta también la extraordinaria armonía entre las innovaciones tecnológicas y las personas que, como ellos señalan, «desde hace años y cada día trabajan y crean la historia de la marca».

Para Cimbali, los italianos «gustan el café con todos los sentidos. Con la vista evalúan el color de la crema; con el gusto evalúan la intensidad del amargo o del ácido; con el tacto el cuerpo o la astringencia. Luego tenemos toda la parte olfativa.»

Recientemente la empresa milanesa de máquinas profesionales de café ha comprado la mayoría de la empresa norteamericana Slayer con sede en Seattle. Esta empresa se ha especializado en la proyectación y realización de máquinas tradicionales para café expreso, tiene un facturado que alcanza $13 millones. Esta adquisición le permitirá a Cimbali entrar en el mercado norteamericano con mayor facilidad y reforzar Slayer en los mercados internacionales donde Cimbali ya está presente, como son: Europa, Corea, China y Japón de donde obtiene el 81% de sus ganancias equivalente a €180 millones (2017).

La oferta de máquinas Cimbali es amplia, va desde las máquinas tradicionales a las máquinas de Bar, las super automáticas que no necesitan del barista y se ofrecen en los hoteles, además de las máquinas dosadoras y los accesorios. Sólo produce en Italia, en Binasco, Bergamo y Cremona, además, cuenta con siete filiales en el extranjero.

La tecnología acompaña a estas máquinas con software alemanes y van camino a los procesos de ingeniería y la optimización del «después de la venta» con manutención y piezas de repuesto.  Finalmente las nuevas máquinas están conectadas con la central operativa que controla si el barista, ya se encuentre éste en Roma o en Madrid, está utilizando la dosis justa de café y si sigue las indicaciones correctas para la presión y la temperatura, así como también, están recogiendo los datos de consumo del café.
Fuente: www.cimbali.it
Milano Finanze
Il Sole 24 Ore