Nunca es tarde. El  28 de diciembre del 2017, el Ministerio de Cultura del Perú dio a conocer una decisión del Estado, reconociendo el aporte  de Italia, a través de Antonio Raimondi, al conocimiento de este rico país minero y depositario de una cultura milenaria.

El documento oficial declara Patrimonio Cultural de la Nación a la Colección Antonio Raimondi, la cual consta de ochenta y cuatro (84) unidades documentales, las mismas que se encuentran custodiadas por el Archivo General de la Nación. (www.cultura.gob.pe).

La revista Panorámica de Milán, remarca que, el artículo 21 de la Constitución Política del Perú prescribe que los yacimientos y restos arqueológicos, construcciones, monumentos, lugares, documentos bibliográficos y de archivo, objetos artísticos y testimonios de valor histórico, expresamente declarados bienes culturales, y provisionalmente los que se presumen como tales, son Patrimonio Cultural de la Nación, independientemente de su condición de propiedad privada o pública, los mismos que se encuentran protegidos por el Estado.

Las líneas que siguen revelan la lentitud del  Estado para reconocer y promover la labor  cultural no solo de sus propios investigadores sino del  exterior, como  Antonio Raimondi. La agencia Andina de Noticias publicó el siguiente  comentario,  el 30 de agosto del 2012.

Lima, ago. 30 (ANDINA). A raíz de la crisis financiera, los presupuestos de los 27 países de la Unión Europea han sido mellados estos últimos años, empezando por el rubro de la cultura.

Los bienes culturales de  esta comunidad de naciones no solo  valen en términos materiales, sino también básicamente por la capacidad de sus instituciones y de sus ciudadanos para conservar su historia.

La profunda identidad telúrica de cada uno de sus ciudadanos es la clave, sin embargo, ella convive en armonía  con los migrantes del mundo, entre los que se encuentran cientos de miles de latinoamericanos. Los peruanos están concentrados en su mayoría en Roma y Milán.

Renato  Poma, director del Instituto Italiano de Cultura en Lima (IICLima), deja el Perú tras cinco años de positiva labor, considerando que Italia atraviesa, junto con sus socios europeos, una de las crisis más profundas de su historia, por la exacerbación del consumo suntuario que alienta el mercado en todo el planeta.

El logro más importante del Instituto Italiano ha sido ubicarse en el centro de la vida cultural de Lima, con eventos culturales de calidad.

Queda en el recuerdo el clúster Perú de EUNIC, que reúne a los centros culturales y embajadas de Europa, con iniciativas conjuntas, desarrollando  ese necesario sentido grupal.

Dicho instituto es ahora uno de los principales o el primero de ellos en América Latina. Ha captado  8,230 alumnos, número que lo sitúa como el primer Instituto Italiano de Cultura en el mundo por número de estudiantes de italiano. Ha organizado un promedio de 120 eventos culturales por año, abiertos a la comunidad.

¿A más crisis más cultura? En Italia, en particular, se encuentra más del 50% del patrimonio cultural mundial. Para Italia, la cultura, además de ser un elemento constitutivo de la identidad nacional, es un recurso económico muy importante.

En tal sentido, la crisis vigente permite afirmar que la cultura es y será cada vez más valioso para el desarrollo económico de un país.

La Puya Raimondi

¿Por qué no ocurre algo similar en el Perú? Poma comenta que el Perú es un país sorprendente. En el ámbito cultural hay público insuficiente.

Todos los organizadores culturales trabajan muchísimo por conseguir algún tipo de recurso. A pesar de esto, en Lima existe una gran demanda de cultura y una gran oferta. Este extraordinario empuje hace mucho bien a la cohesión social y al crecimiento del sentido de ciudadanía.

La difusión de la lengua y de la cultura de Italia resulta fundamental para la política exterior, porque genera simpatía y aprecio hacia un país que quiere continuar siendo uno de los protagonistas de la escena internacional.

La huella de Antonio Raimondi sigue presente en el Perú. Esta visión se aprecia mediante diversas misiones universitarias que trabajan en varios  escenarios preíncas.

Stefano Cerrato promete seguir a su antecesor en la promoción de nuevos escritores. Mar de Sueños constituye una editorial que rescata el nexo ítalo-latinoamericano.