MALVINAS: En el meollo del huracán bilateral. Por Gretel Ledo

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“… de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45)

En ocasiones minimizar las consecuencias de una comunicación diplomática puede traer aparejados altos costos políticos. El Comunicado Conjunto entre la Argentina y el Reino Unido del pasado 13 de septiembre es uno de ellos.

Los ejes que aborda van desde desafíos globales en el mediano y largo plazo, democracia, derechos humanos, cooperación en paz y seguridad internacionales, no-proliferación, medio ambiente y cambio climático, energías limpias, comercio e inversión, ciencia, tecnología e innovación, turismo hasta deporte.

La primera misión oficial a América Latina -12 y 13 de septiembre- del Ministro de Estado para Europa y las Américas de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Commonwealth  británica, Sir Alan Duncan abrió una nueva agenda en las relaciones bilaterales. La Cancillería argentina resalta “agenda positiva … con el objetivo de estrechar aún más los vínculos bilaterales, desarrollar lazos más cercanos y una sólida cooperación en beneficio de los pueblos de ambos países.” Es en este sentido, que el Reino Unido expresó su apoyo a la aspiración de nuestro país de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ofreciendo asesoramiento y experiencia para la implementación de las reformas necesarias en pos de obtener la membresía. Asimismo se dio la bienvenida a la elección de la Argentina para presidir el G-20 en 2018. La promoción del diálogo económico, el incremento del comercio, la inversión e innovación entre las dos naciones han sido ejes de compromiso asumidos: “… se acordó que ambos países trabajarán en conjunto -incluyendo una cooperación más amplia en los foros internacionales como el G20- …”.

La terminología es clara y definitoria: se acordó. En ese marco, un párrafo sustancial en lo atinente a Atlántico Sur se incluye en el Comunicado Conjunto: “… ambas Partes acordaron establecer un diálogo para mejorar la cooperación en todos los asuntos del Atlántico Sur de interés recíproco…”.

Si bien se alega que el Comunicado Conjunto no ignora la cuestión de la soberanía a través de la inclusión de la fórmula acordada en la Declaración Conjunta de Madrid del 19 de octubre de 1989 cuyo origen se remonta al Tratado Antártico de 1959, el “paraguas” de soberanía en tanto derechos argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes no resulta un argumento válido como para acordar la adopción de medidas apropiadas que remuevan “… obstáculos limitantes al crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos…”.

El Art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional enumera taxativamente las facultades del Congreso: “Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones…”. Eludir competencias del Parlamento Argentino constituye un atentado a la República. Tanto en la reunión de Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados (28 de septiembre) como la del Senado (5 de octubre), varios legisladores hicieron hincapié al respecto. En palabras de Elisa Carrió: “Lo que sí le quiero manifestar, en mi nombre y de muchísimos de los que están aquí presentes, es que no van a poder obviar al Congreso de la Nación. Es una prepotencia de poder el hecho de que el Congreso de la Nación y la Presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto se enteren por los diarios de los comunicados que usted –haciendo referencia al Vicecanciller Foradori- firma con un funcionario extranjero vinculados con un tema como Malvinas… De la misma manera en que ustedes pueden avanzar con acuerdos, nosotros podemos rechazarlos. En consecuencia, tiene que haber una vía de relación…”.

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En lo que respecta al alcance el Vicecanciller expresó: “… se trata de un comunicado conjunto y  para disipar toda duda y dejar el tema absolutamente en claro, no lleva firmas, así como ocurre con tantos y variados comunicados conjuntos que emite diariamente la Cancillería con distintos objetivos y razones… quizás comprende una hoja de ruta o alguna propuesta o premisa, pero que de ninguna manera tiene un carácter vinculante…”. Un acuerdo “… implicaría … debatir, conversar, establecer procedimientos específicos, claros y concretos, fijar tiempos de vigencia, modos, procedimientos, formas de denuncia, …  y, por supuesto, firmas y compromisos”.

En palabras del Dip. Grandinetti (Frente Renovador): “… este comunicado conjunto … no reviste la formalidad de un tratado de buenas y debidas formas, pero sí refleja la voluntad de dos partes por escrito sobre una materia específica. Es por ello fuente no solo de intención sino también de obligaciones para con la República Argentina…”.

Durante la reunión se dejó por sentado que el Comunicado Conjunto no tiene efectos jurídicos. Enfatizando Carrió aseveró: “Y no tiene efectos jurídicos, hasta que no pase por el Parlamento.”

Por su parte, la Canciller Malcorra se pronunció acerca del alcance del Comunicado: “… refleja la intención de ambas partes de trabajar en una serie de temas, … lo que estamos haciendo allí está en el marco de la política exterior argentina … de inserción en el mundo, teniendo en cuenta las áreas de interés común que podemos tener con los distintos países y reconociendo las diferencias que también nos pueden separar y que … en el caso del Reino Unido … es … Malvinas y está claramente explicitado… Es un comunicado, por lo tanto, no tiene firmas, y como comunicado que es muestra la intención política de acceder o de acordar una hoja de ruta de trabajo que… se refleja en diez capítulos distintos.” (…) “Hay un viejo principio en la diplomacia, que es el de la zanahoria y los palos. No pueden ser todos palos… Si no funciona, avanzaremos más con otras técnicas. Esta es la diplomacia; la diplomacia es explorar caminos (…) es sentarse con el otro y, teniendo en claro las prioridades, los derechos y los intereses del país, plantear cómo se pueden encontrar diagonales de solución a las cuestiones … Mi responsabilidad como canciller, la responsabilidad de la Cancillería, es ver si esas diagonales se pueden encontrar, y puede ser que no se puedan encontrar”.

Para el gobierno no se trata de una política de seducción. Pese a ello, las analogías abren espacios a cuestionamientos. El pueblo representado por el Congreso, no debe quedar al margen pese a que se propicie una política exterior argentina de inserción al mundo.