Lo reiteramos, no se negocia con el mal. Por Isabel Recavarren

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La Unión europea, ante la negativa a resolver en su territorio el problema de la llegada de los refugiados de Siria, a los cuales se unieron todos los que, personalmente, ellos mismos se consideraban refugiados además de políticos, económicos, se entregó a Turquía. Lo explicamos, en su momento, cuando considerábamos que no se negocia con el mal , la necesidad de elaborar una única política europea ante esta situación que no tendrá final próximo y, menos aún, cuando muchos países europeos siguen vendiendo armas.

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Esto, unido a la alianza de Turquía con Rusia, a quien, y aquí tenemos otra mala gestión de la política exterior, el haber sancionado a Rusia y haberse ganado un enemigo declarado al cual han dejado sin alimentos.

Los recientes hechos sucedidos en Turquía, de incierta matriz, generan gran preocupación en toda la población europea, la actitud castigadora hacia las mujeres, jóvenes, militares, periodistas, profesores universitarios  y a cuantos Erdogan, considere sujeto de castigo, ha creado una alerta mayor en Europa.

Precisamente Federica Mogherini, Jefa de las Relaciones exteriores de la Unión europea  y el Comisario Johannes Hahn han emitido una última declaración con relación al «Estado de Emergencia» decretado en Turquía donde ambos consideran que las «recientes decisiones son inaceptables referidas al sistema educativo, judicial y a los medios de comunicación». Precisamente en las conclusiones del Consejo y en la discusión de la Comisión Europea hacen una llamada a las autoridades turcas a fin que «respeten en cualquier circunstancia el Estado de Derecho, los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluido el derecho de todas las personas interesadas a un juicio justo».

Sabemos que el «Estado de Emergencia» concede al Ejecutivo gobernar por Decreto y como señala la Constitución turca «los derechos básicos fundamentales serán inviolables, incluso en el estado de emergencia».

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No obstante, las declaración del Presidente Erdogan, en el sentido que «la medida no afectará en absoluto la democracia, el imperio de la ley o las libertades fundamentales» se espera sean plenamente respetados así como se espera que «las autoridades actúen con moderación» y que «cualquier suspensión temporal de la Convención Europea de Derechos Humanos tiene que seguir las reglas previstas para tal excepción».

Nos encontramos con un Erdogan que no actúa solo, hay muchos turcos que lo apoyan pues hay una cuenta aún no saldada con Occidente, el retardo y cada vez más imposible ingreso de Turquía en la Union europea, acrecienta el resentimiento. Hace poco se estaba negociando el ingreso de los turcos al territorio europeo sin visa.

Finalmente, concluye el comunicado, se espera que «el Parlamento y todas las fuerzas representadas en las instituciones democráticas del país jueguen plenamente su papel constitucional».