ESPACIOS DE PENSAMIENTO ORIENTADO A LA ACCIÓN: Una dimensión esencial en el desarrollo de la cooperación regional latinoamericana. Por Félix Peña

0
1944

Resumen:
Reuniones recientes de usinas de pensamiento sobre relaciones internacionales, reflejan la importancia creciente que ellas tienen en la región. Reflejan la valoración del vínculo entre la capacidad de análisis y la de acción, para un abordaje más eficaz de las estrategias de inserción de los países latinoamericanos en el sistema internacional.
La dinámica y complejidad del actual sistema internacional se observa, en particular, en cuestiones relacionadas con la gobernanza global y regional, sea en las condiciones que permitan lograr niveles razonables de paz y estabilidad política en los espacios regionales, como en las que permitan acrecentar la conectividad, la compatibilidad y la convergencia de los diversos sistemas políticos y económicos nacionales. Y también se observan en los múltiples escenarios de negociaciones orientadas al desarrollo de instituciones y reglas de juego para la gobernanza global, inter-regional y regional.
No hay modelos únicos para encarar el desarrollo de una usina de pensamiento orientada a la acción en el plano internacional y que opere en un país determinado. Pero se observan algunos rasgos comunes. El primero es la capacidad para incluir en sus agendas, aquellas cuestiones más relevantes para el desarrollo de la estrategia de inserción internacional de un país. El segundo es el conectar las agendas de pensamiento orientado a la acción, con las que realizan usinas similares en países que pertenecen al mismo espacio geográfico regional. Y el tercero, es el de ir generando agendas comunes con las otras usinas de pensamiento con las cuáles se conectan.
También es posible observar elementos comunes en las metodologías de trabajo que se emplean. Un primer elemento común, es de encarar sus respectivas agendas con la participación de múltiples protagonistas, que expresan diversidades en el plano de roles sociales, en el generacional y en el de visiones sobre las realidades. Un segundo elemento, es el de concentrar la actividad en el análisis de pocas cuestiones, que sean relevantes en la agenda internacional del respectivo momento, y que por su complejidad requieran ser apreciadas en múltiples perspectivas disciplinarias. Y un tercer elemento común, es el de intentar aportar ideas concretas que puedan ser útiles en el plano de la acción orientada al abordaje de cuestiones relevantes de la agenda global y regional.

Tres reuniones recientes en las que se abordaron cuestiones relevantes para los países latinoamericanos y su inserción en el mundo, han puesto de manifiesto el desarrollo que se observa en el campo del pensamiento orientado a la acción en el plano regional.
La primera fue el Tercer Encuentro Latinoamericano de Think Tanks, organizado por el CIPPEC, el CARI, la FGV y el Programa de Think Tanks y Sociedad Civil de la Universidad de Pensilvania. Se realizó en Buenos Aires durante los días 11 al 13 de noviembre 2015, con la activa participación de representantes de más de 20 instituciones de 12 países latinoamericanos (ver el programa en LINK y en LINK). El impacto de los cambios globales estuvo presente en uno de los módulos del programa, titulado “Una mirada al nuevo escenario geopolítico en América Latina”.

thumb_DSCN9284_1024

La segunda reunión fue la V Conferencia Internacional RIBEI, organizada por la Red Iberoamericana de Estudios Internacionales (RIBEI), la FUNGLODE y el Real Instituto Elcano. Tuvo lugar en Santo Domingo, los días 1 y 2 de diciembre de 2015, y estuvo centrada en el tema de “Los nuevos cambios en la agenda global y su impacto regional” (ver el programa en LINK). Contó con unos veinte participantes de distintas instituciones de países iberoamericanos. Por la Argentina estuvieron presentes el CARI y la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

Y la tercera fue la reunión de RIAL – Consejo Latinoamericano de Estudios Internacionales. Se realizó en Buenos Aires los días 11 y 12 de diciembre 2015. El día 11 se desarrolló un Diálogo Político sobre el estado actual de América Latina y el 12 un Seminario Académico sobre Balance y Perspectivas de la Economía Política Latinoamericana, en la Universidad Torcuato Di Tella (ver información en LINK). El diálogo político contó con la participación de unos veinte participantes de distintos países de región, que incluía ex-Presidentes y ex Ministros, como también especialistas de distintas disciplinas vinculadas con las relaciones internacionales.

Tales reuniones, entre otras, reflejan la importancia creciente que las usinas de pensamiento orientado a la acción, tienen en los países latinoamericanos. Son expresiones de la valoración del vínculo entre la capacidad de análisis y la de la acción concreta, especialmente la pública, a fin de lograr – entre otros objetivos – un abordaje más eficaz de las estrategias de inserción de los países latinoamericanos en el sistema internacional. Es una valoración que se ha acrecentado a la luz de la mayor dinámica y complejidad que tienen hoy, las relaciones políticas y económicas entre las naciones, tanto en el plano global como en el de cada una de las regiones geográficas.

Tal dinámica y complejidad se observan, en particular, en cuestiones relacionadas con la gobernanza global – en sus expresiones multilaterales como inter-regionales -, y regional, tanto en las condiciones que permitan lograr nivel razonables de paz y estabilidad política en los distintos espacios geográficos regionales, como en aquellas que permitan acrecentar la conectividad, la compatibilidad y la convergencia de los diversos sistemas políticos, económicos y productivos nacionales. Y también se observan en los múltiples escenarios de negociaciones orientadas al desarrollo de instituciones y reglas de juego para la gobernanza global, inter-regional y regional. Recientes ejemplos de tales negociaciones son, entre otras, la Conferencia de Paris sobre Cambio Climático, que concluyó con éxito el 12 de diciembre (ver al respecto LINK, que incluye el link con el texto final LINK), y las que se desarrollan en el ámbito de la OMC, especialmente en función de la Conferencia Ministerial de Nairobi (ver toda la información en LINK).

No hay modelos únicos para encarar el desarrollo de una usina de pensamiento orientado a la acción internacional que opere en un país determinado. Pero en las reuniones antes mencionadas, se observan algunos rasgos comunes en las instituciones representadas. Tres son los más destacables. El primero es la capacidad para incluir en sus agendas de debates y de investigaciones, aquellas cuestiones que se perciben como más relevantes para el desarrollo de la estrategia de inserción internacional del respectivo país. El segundo es el de conectar sus actividades de pensamiento orientado a la acción, con las que realizan usinas similares en sus objetivos y metodologías en países que pertenecen al mismo espacio geográfico regional. Esto es el trabajo en red, que si bien aún incipiente – tanto a nivel interno de los países como a nivel regional – tiene mucho espacio para un creciente y necesario desarrollo futuro. Y el tercero, es precisamente el de ir generando agendas comunes con las otras usinas de pensamiento con las cuáles se conectan. La relevancia de las cuestiones privilegiadas, así como la densidad de las redes que se enhebren y la conectividad de las distintas agendas, podrían hacer de ellas redes un factor fundamental para la construcción de una interdependencia cooperativa entre países de la región, especialmente en función de sus respectivas inserciones en el sistema internacional global.

También es posible observar elementos comunes en las metodologías de trabajo que emplean distintas usinas de pensamiento orientado a la acción, que están conectadas entre sí, especialmente cuando se reúnen para compartir sus análisis. Un primer elemento común, es de encarar sus respectivas agendas con la participación de múltiples protagonistas, que expresan diversidades en el plano de roles sociales, en el generacional y en el de visiones sobre las realidades. Reflejan el reconocimiento que para entender las realidades internacionales en la perspectiva de un país o de un grupo de países, se requieren enfoques multidisciplinarios y pluralistas que se enriquezcan de las diversidades de todo tipo que caracterizan hoy, tanto el espacio global como los regionales. Un segundo elemento, es el de concentrar la actividad en el análisis de pocas cuestiones, que sean relevantes en la agenda internacional del momento, y que por su complejidad requieran ser apreciadas en múltiples perspectivas disciplinarias –por ejemplo que no puedan ser entendidas y abordadas sin que se combinen, a la vez, las lógicas del poder, de lo económico y de lo legal-. Y un tercer elemento común, es el de intentar aportar ideas concretas que puedan ser útiles en el plano de acciones y políticas que procuren el abordaje de cuestiones relevantes de la agenda internacional, sea en la perspectivas de un país o de un grupo de países.

Reuniones como las antes mencionadas no aspiran necesariamente a extraer conclusiones formales que estén orientadas a la acción. Son espacios de reflexión y de debate, de fluir de ideas sobre cómo abordar realidades. Tienen como objetivo el intercambiar distintas visiones sobre cuestiones relevantes de la agenda internacional de un momento determinado y sobre cómo encararlas con eficacia. De tal forma, su principal resultado consistiría en colaborar con ideas viables a quienes eventualmente inciden, de manera directa o indirecta, sobre decisiones políticas o estratégicas que aspiran a tener efectos sobre las realidades.

Son en realidad, conversaciones sistemáticas entre protagonistas con distintos roles sociales, y con distintas visiones e ideas sobre cómo operar para incidir en las realidades. De allí la importancia de que la agenda de trabajo de la respectiva reunión, tenga cuestiones relevantes y actuales, pero con fuerte proyección hacia el futuro.

También tiene importancia la forma de encarar la conversación entre los participantes. Las mejores reuniones son aquellas en las que agenda contenga pocos módulos temáticos, un moderador que sea un verdadero provocador del debate, presentaciones iniciales cortas (lo ideal son unos diez minutos y, obvio, que sin lectura de textos escritos ni menos aún PPT!) y luego un buen período de conversación con intervenciones bien cortas (lo ideal son unos tres minutos máximo) y con un protagonismo activo del moderador. Normalmente son reuniones que no requieren conclusiones formales. Las conclusiones las extrae cada participante en función de su respectiva agenda como especialista, analista o protagonista en las relaciones internacionales de su respectivo país. Las reuniones del Evian Group (ver LINK), lideradas por el profesor Jean-Pierre Lehmann (actualmente profesor emérito del IMD en Lausanne), en las que se conversaba sobre cuestiones relevantes de la agenda de negociaciones comerciales internacionales, duraban dos días y medio, contaban con unos sesenta participantes provenientes de muy distintos tipos de actividad y de unos treinta países, y eran muy ricas en lo que aportaban a sus participantes. Constituyen un ejemplo –entre muchos otros- de lo fructífera que pueden ser reuniones de pensamiento y reflexión orientados a la acción. Lo mismo puede decirse de una experiencia discontinuada que fue la de la Cátedra Mercosur en Sciences-Po Paris (ver LINK). Fue durante algunos años un espacio de reflexión multidisciplinaria – con participación de negociadores, empresarios, especialistas, formadores de opinión, pero sin carácter gubernamental – sobre las negociaciones del Mercosur con la Unión Europea. Su discontinuidad puede ser considerada, a la vez, como consecuencia y causa del debilitamiento del espíritu necesario para lograr una negociación bi-regional exitosa.

Son entonces reuniones orientadas a nutrir un proceso rico en su diversidad, de pensamiento orientado a la acción. Los diagnósticos que pueden reflejarse en tales reuniones, a través del aporte de los diversos participantes, son importantes porque inciden en la calidad de los debates. Pero más importante aún, es el énfasis que se pone en la reflexión sobre cómo se sugiere abordar con acciones concretas, cuestiones complejas y relevantes, especialmente en el plano de la gobernanza global, inter-regional y regional.

Por ejemplo, en la reunión del RIBEI en Santo Domingo, como participante uno pudo extraer la necesidad de continuar reflexionando periódicamente (la próxima reunión será en Colombia en el 2016) sobre cómo abordar algunas cuestiones relevantes de la agenda latinoamericana del presente y del futuro inmediato.

Tales cuestiones se reflejan en tres preguntas:

  • La primera pregunta es sobre cómo pueden los países latinoamericanos -eventualmente actuando con países de otras regiones, tales como pueden ser los de la UE y China– colaborar con Cuba para que culmine con éxito el proceso iniciado el 17 de diciembre del 2014 para normalizar sus relaciones bilaterales con los EEUU. Es un proceso que puede aún enfrentar dificultades incluso serias, y que en su evolución puede tener significativos impactos en el plano de las relaciones regionales (ver al respecto este Newsletter de noviembre 2015, en LINK). El éxito del proceso, a su vez, puede tener una incidencia en terminar de desmantelar factores de fragmentación regional, con raíces profundas de origen emocional o ideológico, que nutrieran la agenda política de la región y de varios de sus países, en buena parte de los últimos cincuenta años.
  • La segunda pregunta se refiere a cómo pueden los países latinoamericanos abordar juntos las negociaciones comerciales inter-regionales, planteando un enfoque propio del tipo de acuerdos que pueden ser ventajosos y, a su vez, compatibles con la normativa de la OMC –algo así como un modelo propio de acuerdos comerciales preferenciales inter-regionales, similar a lo que han logrado en este plano, por ejemplo, la UE, los EEUU, y China.
  • Y la tercera se refiere a cómo pueden los países latinoamericanos desarrollar una estrategia eficaz de “convergencia en la diversidad”, especialmente que permita una mayor articulación en múltiples planos, entre los países del Mercosur y los de la Alianza del Pacífico, por ejemplo utilizando los instrumentos disponibles en el marco jurídico del Tratado de Montevideo de 1980 que creó la ALADI (ver LINK).

Las usinas de pensamiento orientado a la acción, tanto a nivel nacional como regional, pueden aspirar a ser más eficaces en la medida que se reúnan dos requisitos:

  • Uno, es que quien esté en el plano de la acción, sea en el ámbito gubernamental o en el empresario, demuestre interés en recibir orientaciones de quienes están en el plano del pensamiento. Es decir, que pregunte y que le interese ser asesorado.
  • El otro, es que quien esté en el plano del pensamiento y la reflexión esté predispuesto a colocarse en el lugar de quien está en el plano de la acción – o lo que podríamos decir, en “el campo de batalla” – y a plantearle ideas y sugerencias fundadas que respondan a una imaginaria – o real – pregunta de “cómo lo hago”.

DSCN8863De lo contrario, la interacción es difícil o imposible. En tal caso, uno ve al otro como “teórico o académico”. Lejos de la realidad. En una “torre de marfil”. Y el otro lo ve como “ensimismado” y nada interesado en escuchar. Se crean así condiciones de diálogos de sordos. A veces es lo más común. Produce entonces un círculo vicioso difícil de romper.